Si buscamos el significado de dolor en cualquier manual, diccionario o en Internet, encontraremos por ejemplo esta definición (según Wikipedia): El dolor es una experiencia sensorial y emocional, generalmente desagradable, que pueden experimentar todos aquellos seres vivos que disponen de sistema nervioso. Es una experiencia asociada a una lesión tisular o expresada como si ésta existiera. La ciencia que estudia el dolor se llama Algología.
Algología…Los griegos y su buen gusto presente hasta para designar el nombre de la ciencia que trata el dolor…Y sí, es un acertado nombre, porque el dolor es algo, algo que no se puede explicar, al menos el dolor que me invadió el otro día y el cual, a priori, no supe reconocer, ni casi soportar. Más emocional que físico. Y muy, muy desagradable. Lo juro.
Un dolor devastador, que empieza desde lo más interno de uno mismo, agarra y
estruja tu corazón, y después de estrujarlo hasta el límite, se extiende como una onda expansiva nuclear por todo el cuerpo. Después de su paso, el Algo (lo pondremos con mayúsculas porque su intensidad así lo merece) da paso a la nada más absoluta. Recorre todo tu ser en milésimas de segundo o incluso más, rápido, fugaz y letal. En el paisaje desolador que deja, solamente estás tú, en el medio, gritas y gritas, no hay eco, no hay nadie que te escuche y pueda contestar a tu súplica.
Suma de Algo y Nada, una unión inexorable. El Algo que no huele a nada, que no sabe a nada, que no tiene color…Se escapa de las manos, como el agua, pero su presencia es completamente tangible. Otra paradoja de la vida.
El sentir, el ir y devenir del ser
Después de empaparme de lectura de escritores románticos del siglo XIX durante décadas (dentro de quince días seré una Trenty Girl con todas las letras, y ya puedo hablar con conocimiento de causa de décadas de vida), y ser fan incondicional de Goethe y toda su obra, al sentir este dolor, pude relacionarlo con el amor romántico del que éstos agitados emocionales hablan. Un amor que veo reflejado a la escultura clásica de «Laocoonte y sus Hijos«, la viva imagen de las pasiones y pulsiones en movimiento.
El amor romántico, hedonista, oblativo, obsesivo, puro, pasional o como sea, ha derivado en este dolor, que me ha hecho sentir que estoy viva. Dolor es igual a vida, por mucho que lo relacionemos con muerte y negatividad. Simplemente el dolor, es un aviso de que algo es perjudicial para nuestro ser. Es la barrera entre las pulsiones Eros- Thanatos freudianas. Siento dolor, ergo, estoy vivo. Es la parte más fea de la vida, pero…Para que detectemos lo bonito, el Algo debe existir necesariamente para poder comparar lo doloroso con lo placentero. Es así.
Aún así…Es Algo…Doloroso.
Si alguna vez este algo te ha hecho una visita, deja tu comentario, quizás me ayudará a entender más esta sensación, aunque no a mitigarlo. Un consejo catárquico…Escucha el dolor acompañado de la canción Here With Me de Dido.
Gracias por leer mi post más personal :).
Leticia Alfaro 
